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God is good.

  • Writer: Rossy Marmolejos
    Rossy Marmolejos
  • Jun 21, 2022
  • 5 min read

5|Ene

Recuerdo la última semana de Noviembre que estaba libre por Thanksgiving Break, tuve mucha actividad física al punto que sentí que me “había lastimado la espalda”, como de costumbre voy donde mí super doc, el Dr. Chaljub. Inyecciones van y vienen, opioides, desinflamatorios, nada hace algo, nada funciona. No hay mejoría. En la primera semana de enero es cuando el doctor decide repetir el MRI, sospechaba que había algo irregular dentro de mí condición.


Después del fin de semana largo, me los hago y cuando voy a llevar los resultados, me dice aquella frase que le daría un giro 180 a mí vida: “Rosa, ha llegado el día. Tu hernia es quirúrgica. Ya no puedo tratarte, necesitas ir donde un neurocirujano”.


Recuerdo quedarme en shock. Se me aguaron los ojos mientras él me recomendaba el dream team de neurocirujanos de RD. Cuando llegué a mí carro, lloré como una niña. Acababa de llegar de viaje, tenía tantas ideas y planes de cómo sería mí 2022 que nunca imaginé que empezaría el año de esta manera. Sentí que el tiempo se detuvo a partir de este día, estaba en una de esas películas raras que despiertas y estás viviendo el mismo día. Over and over again.



Desconocía lo fuerte que soy.


Es muy cierto que en los momentos difíciles es cuando forjamos nuestro carácter y podemos reflejar de qué estamos hechos. Fue el 24 de enero cuando tuve que aceptar mí realidad y llamar a mí mamá y decirle: “Mami necesito que vengas, ya no puedo caminar”. Admitir que no podía valerme por mí misma, admitir que la “Rossy autosuficiente que todo lo puede sóla” no tenía la capacidad física para hacer nada, desde cambiar de posición en la misma cama ni mucho menos pararse de ella.


Estaba completamente inhabilitada, inválida. Gracias a Dios mami llegó tan pronto pudo y su cuidado, buscar soluciones creativas para todo, desde bañarme en la cama hasta cepillarme los dientes sin mover mí cuerpo (no entraré en detalles de lo creativas que nos pusimos). Aprovecho para resaltar lo maravillosa que son las mamás, pero siento que Dios se pasó conmigo; la forma en que cuidó de mí, aún cuando no podía hablar por el dolor, aún cuando el mal humor por la desmejoría se apoderaba de ambas ya que el dolor que sentía era indescriptible, aún cuando trataba de ser fuerte y lloraba, mí mami estuvo ahí en todo momento. Tanto ella, como mí papá, mí hermana y 2-3 amigos conocían de mí situación, me brindaron el apoyo justo y como lo necesitaba. Espero que nadie lo tome personalmente, literalmente no tenía mente para nada, ni redes, ni WhatsApp nothing.


Era algo mayor que yo, algo que luego describió una especialista que “eran como dolores de parto pero al final del día no había ningún bebé”. Trataba de no llorar delante de mí mami porque sé que estaba desesperada. Ví películas y series que no recuerdo ni los nombres ni la trama porque más que disfrutarlo, intentaba distraerme del dolor que sentía.


Pero algo debíamos hacer, uno de los neurocirujanos que vimos nos aconsejó: “Deben agotar todos los procedimientos, falta hacerse una infiltración”.

Tuvimos que recurrir a una ambulancia para poder trasladarme, me cargaron entre 3 hombres para moverme lo menos posible pero aún así temía que me dejarían caer. Recuerdo el miedo que sentí, me arropaba desde los pies a la cabeza. Entre bajar desde el 4to piso, entrar y sacarme de la ambulancia pensé que pasaron horas. Al fin llegamos al centro médico donde me infiltrarían la espalda para mejorar el dolor.


Después de lo que para mí recuerdo fue una tortura, desde sacarme la sangre para el plasma (parece que la enfermera era inexperta y me canalizaron 3 veses), hasta estar consciente mientras me anestesian la zona, e insertan agujas del grosor de una punta de un lapiz y del largo de un calimete. Fueron 5 inyecciones que le darían un nuevo significado de incomodidad, dolor y nerviosismo para mi.


Subir esos escalones con la ayuda de mí mamá fue una odisea que no sé cómo pude hacer, es algo inexplicable. Sólo Dios pudo darme la fortaleza para hacerlo. Después de eso cada día era igual que el anterior.Al ver que no hay mejoría hablo con mí médico de cabecera, volví a los neurocirujanos fue una decisión difícil, pero fue la correcta.


24|Feb

Llegó el día de la cirugía, a las 4:35am ya estábamos en la clínica. Ahí estaba con mis padres y mí tía, esperando que fueran por mi. La tensión se cortaba en el aire. Hasta que dijeron mí nombre, y con un abrazo me despedí de mí papi y mí tía quienes se encontraban nerviosos y asustados.


Entré con mí mami a la sala pre-operatoria. Y no hablamos. Ambas teníamos miedo, estábamos ansiosas. Le dije: Mami, todo estará bien. Puse on repeat Same God de Elevation Worship y esta canción me acompañó mientras llegaban a buscarme. Mami tomándome fotos como que yo no lo sabía, manteniendo al tanto de todos los detalles en el grupo familiar; ojos llorosos y garganta entrecortada, pero en medio de todo, Dios me dio paz.


Llegó el anestesiólogo y mami decidió irse, con lágrimas en sus ojos y en los míos le dije: “Todo estará bien, ahorita nos vemos”.





Cuando desperté por alguna razón me dolía mucho la frente, los ojos y tenía los labios cuarteados. Sentía una sensibilidad tan grande en la piel que recubre los huesos de la cadera. No entendía el porqué. Ahí mí tía salió a informar que ya estaba despertando y regresó mí hermana. Le preguntaba una y otra vez qué hora era y si la anestesia me hizo hablar incoherencias (no sé porqué le temo tanto a eso, creo que mí falsa creencia de tener el control).


Mí hermana entró a la sala post operatoria y me explicó que hubo una complicación en la cirugía. La hernia era muy grande, el doctor dice que está en el top 5 de las hernias más grandes que había operado. Al presionar la médula por tanto tiempo la perforó, no entraré en términos médicos, pero todo salió bien aunque hubo peligro estaba en las manos del mejor equipo médico y bajo la guianza de Dios.


Jun/2022

Ya estoy en la segunda fase de mí terapia física, aún lidiando con las secuelas de los daños al nervio ciático, PERO puedo decirles con certeza de que Dios es bueno. Prácticamente como nueva. Soy un milagro en proceso.


Si, todo esto aunque fue doloroso, pero sirvió para bien. Nos unió como familia, nos acercó más a Dios. Ya no hay dolor. Puedo caminar y somos más fuerte. (Si hubiese sabido, me opero antes jajaja)


Mí mayor lección? Dejar el orgullo a un lado, aprender a reconocer y admitir que necesito ayuda; agradecer por mi familia y amigos cercanos, en verdad no hay palabras con las que pueda expresar mi gratitud por todo el amor y apoyo.

& MUY IMPORTANTE saber que no tengo el control de mí vida, sino Dios. De ahora en adelante, es Él quien dirige esta orquesta, yo canto y bailo cuando se me ordene.


Es cuanto, si has llegado hasta aquí gracias infinitas por leerme. Prometo ser más consistente con ustedes. ¡Un abrazo!


 
 
 

2 Comments


carlosvalerio05
Jun 21, 2022

:( No sabía nada de esto mi corazón, espero en Dios que todo siga bien y que el siempre te proteja. Lamento no haber estado al pendiente, es una pena que en un abrir y cerrar de ojos pasan años y se pierde el contacto con las personas que realmente han sido auténticas e importantes en los recuerdos que uno atesora con el corazón, siempre las tengo en mis recuerdos. TQM y que sigas mejorando.

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Sergio Gallego Basteri
Sergio Gallego Basteri
Jun 21, 2022

A medida que fui avanzando en la lectura, fui enderezando más mi postura en la silla que estoy sentado, ya que también tengo una hernia discal pero no he llegado a ese nivel, sentarme derecho, no levanto más de 15 libras,,,, evitaré eso a toda costa.


Gracias

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